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¡Quítale el disfraz al fracaso!



Si ahora te dijera algo así como: ¡Adelante, no temas equivocarte para avanzar en tu camino!, seguramente, pensarás: 'Sí, vale, muy bonito. Pero no me sirve'. Ese temor existe y una frase no lo hace desaparecer. Este tipo de mensajes está a la orden del día. Suele ser fácil dar consejos positivos y motivadores que sugieren (o más bien ordenan) qué hacer, pero no cómo. Sin embargo, este no es mi trabajo y, para mí, esto no tiene ningún sentido. ¿Cuándo hacemos caso de lo que alguien dice que se debe o no debe hacer? Te lo voy a decir, cuando eso tiene sentido para nosotros. Por eso, en este artículo, no pretendo darte una 'Guía del cómo', sino ayudarte a construir algo útil para aceptar, conocer y querer un poquito más al Sr. Fracaso. Así que... ¡Vamos allá!

Vivimos buscando el éxito y huyendo del fracaso. Pero, ¿todos vivimos así? En EEUU, por ejemplo, se ha calculado que cada emprendedor, antes de conseguir la cima de su proyecto, ha fracasado una media de 3,75 veces. ¡Qué barbaridad! ¿Te imaginas tener que empezar de nuevo tu proyecto casi 4 veces? Sin embargo, esa experiencia podemos vivirla de formas muy distintas. Bien como algo frustrante que nos lleve a una autocrítica negativa, o bien, concebirlo como intentos y pasos indispensables que nos enseñan cosas muy útiles. En otras palabras, las gafas que utilicemos para interpretar lo que nos sucede

Dicho esto... vamos a ver por qué un error puede sernos útil y qué beneficios le podemos sacar a equivocarnos si cambiamos lo que significa para nosotros. ¡Construyamos unas gafas que nos ayuden a ver al Sr. Fracaso con buenos ojos!

  • Dos caras de la misma moneda

En primer lugar, plantéate lo siguiente: intenta definir qué es el día sin mencionar la noche o, si lo prefieres, qué es el frío sin hablar del calor. Seguramente, aunque lo logres, ambos conceptos aparecerán asociados en tu mente de forma automática, ya que nuestro proceso de construcción de la realidad se basa en la captación de diferencias. Entonces… ¿Cómo explicarías el éxito sin el fracaso?

  • Un tópico muy típico: ‘Aprende de tus errores’

Seguro que estás harto de escuchar este consejo y se te repite más que el ajo, así que démosle un nuevo aire a esta mítica frase: ‘Vive la experiencia del intento’. Si le das la vuelta y sigues leyendo ¡descubrirás a lo que me refiero!

  • No te quedes anclado en tu zona de confort

Hemos oído hablar mucho también de la zona de confort, aunque siempre es en la línea de imperativos que nos “invitan” a salir de ella. Quizás si comprendemos qué hay detrás de esa idea y por qué nos puede ayudar en nuestro camino, podremos hacerlo sin tanta resistencia.

Nuestra zona de confort es todo aquello que ya conocemos, es como nuestro sofá después de un duro día de trabajo que nos aporta comodidad y seguridad. ¿Pero cómo la hemos construido? Para comprar el sofá en el que soñamos tumbarnos al final del día, primero hemos tenido que ir a distintas tiendas y probar… hasta encontrar EL sofá, con el que nos quedamos años y años. Pero salir de la zona de confort es no dejar de probar, intentar, descubrir y asumir riesgos. Como si empezaras a buscar otro sofá porque lo quieres cambiar.

  • Fracasar ayuda a crecer

Es esencial ser conscientes de nuestras fortalezas y potenciarlas (¡todos las tenemos!) para asentar nuestra identidad y tener éxito en nuestros quehaceres, pero también lo es fallar para adquirir nuevas destrezas y seguir creciendo asumiendo el riesgo de la novedad. ¿A qué edad dirías que se deja de crecer?

  • Sé un buscador de soluciones

Como Thomas Edison, a quién se le encendió la bombilla después de 1000 intentos, redefine el fracaso: no falló 1000 mil veces, sino que realizó 1000 pasos para crear una gran invención y descubrió qué 1000 opciones no servían. Saber lo que no funciona es tan importante como saber lo que sí lo hace. A más información, más herramientas. Recuerda que una gran meta se compone de pequeños objetivos así que, siguiendo con el ejemplo anterior, probar un sofá tras otro… ¿sería un fracaso? ¡No! Serían pasos para encontrar el más cómodo.

  • Fracasar desarrolla el coraje

No siempre obtendremos los resultados esperados, pero pregúntate qué es mejor ¿tener resultados no esperados que nos indiquen la dirección hacia los que sí deseamos o no hacer nada y por tanto no tener resultados? Si has fallado es porque todavía tienes nuevas cosas que aprender y eso es fantástico. Con cada paso que des, o fracaso que tengas si decides seguir viéndolo así, desarrollarás ese coraje que te permitirá subir un tramo más de la escalera que te conducirá a tu éxito personal.

  • Fracasar presenta oportunidades inadvertidas hasta el momento

Fracasar muestra qué rutas pensábamos que sí pero resulta que no, y qué caminos seguir que creíamos que no pero va a ser que sí. Cada error abre nuevas puertas que antes creíamos cerradas, no tener la llave o ignorábamos su existencia. Cada intento desentierra nuevas oportunidades.

  • Con el fracaso ganarás habilidades empáticas

Los obstáculos hacia el éxito nos ayudan a comprender a esas personas que se encuentran a medio camino de la cima, de forma que podemos cooperar y ayudarnos a escalar la montaña en los tramos más difíciles. Si no te brindas la oportunidad de fracasar el éxito hinchara tu ego de tal forma que el camino de vuelta al valle pronto empezará.

Ahora que ya me has leído, creo que sí puedo decírtelo: ¿Quieres tener éxito? ¡Prueba antes el fracaso!

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